El programa de Forestación Urbana y Comunitaria del Servicio Forestal del Departamento de Agricultura federal tendrá disponible para su solicitud, hasta el 1 de junio, $1,500 millones para el desarrollo de proyectos dirigidos a incrementar la cubierta arbórea en espacios urbanos e impulsar el acceso equitativo a la naturaleza.

Los fondos están disponibles para entidades comunitarias, gobiernos municipales y estatales, organizaciones sin fines de lucro registradas con el gobierno federal, instituciones académicas y otras entidades que trabajen en esta área, explicó Maya Quiñones, gerente del programa de Forestación Urbana y Comunitaria para la región del Caribe.

“Es una asignación histórica en forestación y bosques urbanos, y se hizo porque se quiere crear resiliencia ante el cambio climático y los eventos de calor extremo que están ocurriendo a través de los Estados Unidos. Se está haciendo esta inyección para tratar de tener siembras y árboles adicionales en ciudades y áreas urbanas de Puerto Rico”, indicó Quiñones.

Estudios han demostrado que la siembra de árboles en áreas urbanas reduce las olas de calor, mejora la calidad del aire, ayuda a mitigar la contaminación por ruido, minimiza el riesgo a inundaciones y provee hábitat adicional para ciertas especies, detalló Quiñones. “Se ha encontrado que comunidades con más árboles tienen mejor salud”, señaló la funcionaria.

Ante la peculiaridad de que estos fondos están dirigidos a ampliar la justicia ambiental, añadió, se está promoviendo su uso en proyectos que impacten comunidades desventajadas. En estos casos, ese tipo de proyecto recibiría el 100% de exención. Usualmente, detalló, por cada dólar federal, la entidad que recibe la subvención tiene que aportar $1.00 de su agencia u organización. “Estamos conscientes que hay entidades que no tienen ese dinero para parear”, manifestó.

Quiñones explicó que, en el caso de Puerto Rico, casi todas las comunidades están bajo la clasificación de desventajadas. No obstante, hay excepciones en áreas de San Juan, San Lorenzo, Gurabo, Trujillo Alto, Caguas, Cayey, Ceiba, Carolina, Cataño, Toa Baja y Guaynabo.

Entre los proyectos que se pueden desarrollar, están la siembra de árboles, la planificación de bosques urbanos, el desarrollo de viveros y el mantenimiento de árboles, que es particularmente importante para la época de huracanes.

El programa promueve, además, la siembra de árboles nativos, que tienden a ser más resistentes a los huracanes y se adaptan al hábitat, al ambiente y clima de Puerto Rico; e insta a la siembra de árboles frutales, esenciales para la seguridad alimentaria y el acceso a comida saludable y fresca en las ciudades, donde este tipo de alimento es más limitado.

Entre los ejemplos de iniciativas que no son elegibles para estos fondos, están las subvenciones para el desarrollo de pequeñas empresas, construcción y mejoras de capital, proyectos de adquisición de terrenos y la compra de equipos.

La solicitud de propuesta no debe extenderse por más de siete páginas y debe incluir una tabla de presupuesto con el desglose de los costos para el proyecto, que sería evaluado por un panel que, a su vez, determinará el monto a otorgar, explicó Quiñones. “El 1 de junio cierra esta oportunidad… Aunque se compite con todos Estados Unidos, hay que tener pendiente que la cantidad de dinero es grande, así que les exhortamos a los que puedan solicitar que lo hagan y compitan”, señaló.

Para obtener más información sobre las comunidades clasificadas como desventajadas, así como los requisitos de la propuesta, puede visitar el sitio web del Servicio Forestal o www.grants.gov, utilizando el número de oportunidad USDA-FS-2023-UCF-IRA-01.

Fuente: El Nuevo Día

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